lunes, 28 de mayo de 2012

SEA


Vivir como si la primavera no llegara.
Amanecer como si fuera mediodía.

Oscurecer las telas del recuerdo
para estrellar el sol en los mejores días.

Presentir una luna horizontal
para ser el mar y acabar en tus playas.

Abrir honduras marinas,
ocultarte, como una perla, hallazgo
en una primavera irrepetible,
por inexistente.

En ese amanecer del mediodía,
en esta oscuridad resplandeciente
del recuerdo de tí:

Guardarte,
siempreviva,
girasol,
flor-de-un-eterno-día.

Guarecerme de ti para restañar
las perennes heridas de la soledad
durante el recurrente mediodía
de nuestro precipicio.

Ya en el abismo de la eternidad
recular a la miseria humana,
a escondidas del Ojo Avizor
suspirar por la terrenalidad
hasta hartar la sinrazón
por esas dimensiones:
generar trastornos a mi nuevo ser.
Buscar otro estar
para soñar tu compañía pefecta,
armoniosa,
delirante;
peligrar acaso:
hilar confusiones
hasta la soberbia.

Pugna inacabada.
Fatal sino.
Llaga sin remedio.
Serenidad fatal.
Fatalidad sin paz:
esta cadena recurrente
por soñarnos felices;
verdad sin retorno;
gusto amargoso redivivo:
ser siempre inconformes.
Informes.
Sin forma final:
en tu amor haber logrado saber
algún día,
en la otredad,
que esa miel
me envenenó en su gozo
perdurable:
delicado privilegio.

Misterio sin misterio.
Al fin: derrota de la hondura,
caricia de la eternidad,
vía de la pasión.
Perezco desde ahora,
aurora boreal de mi desventura innata.
En tu recuerdo de mí, soy,
ahí, informe,
me acurruco,
me conformo, me escondo.

domingo, 27 de mayo de 2012

Poemas diversos de BAAM


EL COLOR DE LA VIDA
Rojo frenesí:
de la furia del alma,
del coraje ciego,
de la pasión perdida...

Verde amanecer,
de la calma transparente,
del sorbo cariñoso
y la amistad plena.

De la calma total,
de la observación,
del combate callado...

Amarillo tenaz:
del pleito incesante,
del calor infernal;
del dolor,
de la falta de paz.
De la calma infeliz;
de la impaciencia...



Gris mortaja:
de la obediencia ciega,
del insensato obediente.

Del rapaz clemente,
de la indolencia infinita...

Son los colores de la vida.
El testimonio de nuestros caracteres.
Firma legible
de nuestros padeceres
y placeres...























ESQUIVO

Con temor voy remando por la vida,
boga que boga mi barco en el sendero;
un tiburòn y otro y otro
y otro,
aparecen a babor y a estribor...

...pero el coraje no quiere que yo me vaya,
ni que baje los brazos en esa aventura;
sólo quiere mantenerme firme
y vital...
...para que pueda avanzar contra
viento y marea.

No estoy aquí,
desaparezco un rato:
logro borrarme de la vista ajena,
no hay enemigo que me busque
y amenace,
ni rastro ajeno que me pida
avance...

Con el amor en el puño
voy preso del coraje
siguendo con la vista
en torno mío lo que pasa...

Nunca más...no, más no,
nunca más, no, nunca,
nunca...
...ya dije;
¡basta!












TIBIEZA
Estoy entre dos fuegos,
el de mi cuerpo
y el de tu recuerdo.

Lástima que te has ido,
temí muchas veces perderte,
pero tú te desapareciste de mi horizonte,
sin casi darme cuenta.

Sigo entre dos fuegos;
el de mi esperanza y
mi necesidad inmediata de amar.

El fuego me consume.
Se abaratan las noches
con otros cuerpos
que no son el tuyo.
Temo perderte,
es más creo que te perdí
pues no volverás:
¡¡¡Es una pena...!!!






MISTERIO

Nunca sucede nada en nuestra casa.
Todo se encuentra en orden, sosegado,
la piel ya es media piel de aburrimiento,
desplomadas las almas ya no vuelan
y resulta inasible la existencia.

Nunca pasa más nada en esta vida,
sólo la vida pasa; nunca a tiempo
vemos vibrar cometas en los ojos;
ni oímos el el cristal fino del sentimiento;
jamás hacemos caso del secreteo
del viento, potente, lleno de augurios,
ni gozamos su roce en medias caras
llenas de medios besos aplazados.

Jamás nos pasa nada entre las manos
cerradas al misterio que se escapa
junto a la vida misma que nos pasa
como si nada pasa en esta casa.


Primera estancia

Todo cabe en un cuenco de la mano extendida:
hasta el amor que asoma por un suspiro ajeno.

No caben, pero sirven, los mortales aullidos,
el rechinar de dientes, la crispazón de nervios;
el dolor de ausentarse de los brazos queridos
apenas se parece al desierto paisaje o a los
árboles yertos o a los ríos desecados o a los
sombríos batracios entre dos mundos fríos.






Caben, en cambio sí, los besos más sinceros,
los terrores insomnes por aprehender aquello
cuya naturaleza llama a jamás tener jaula;
cabe el misterio mismo vuelto son, metáfora
que grita las voces de la selva, gemidos
erotizados que braman en los montes.

En aquella primera de las albas humanas,
apalabrados ya, supimos que callamos.


Segunda estancia

Zarpazos con la voz, codazos con los ojos,
la ternura no anida cuando faltan palabras.

El tedio llueve a cántaros mientras enmudecen
los filosos cardúmenes de palabras:
No hay con quién hablar, ni a quién
decirle nada sobre el fuego y la lluvia.
El tedio gana todo mientras dos flores,
en silencio, son germinadas por un colibrí.


Tercera estancia

Museo de ruinas son mi estirpe y mi pecho;
legión de sufrimientos, enjambre de desdicha,
la esperanza. Todo el dolor habita el horizonte.

Una corteza cerebral en llamas, Prometeo:
saber cuesta más, mucho más de lo supuesto.
Conocer es desdicha y amargura. La conciencia
danza con un tridente y pincha hasta dañar
la gracia, la sonrisa, la fuerza y el futuro.

Mirar atrás supone no pronunciar los nombres
de los ancestros tenues, fantasmas vacilantes,
que soñaron andar caminos con espinas
y abrojos para sembrar paraísos de herencia.
La verdad sabe a sangre. Tiene cara sin rostro.



Cuarta estancia

Los sueños son regalo de los dioses
que nos sueñan a veces sin cuidado.

Ya no quiero soñar sueños ajenos
porque a tanto soñar los siento propios;
y no quiero que luego me reclamen
que esos sueños soñados no son míos,
cuando a tanto soñarlos ya me viven.

Vivo en los sueños propios aunque
algunos de ellos primero no eran míos.
Habito de puntitas, silencioso,
otros sueños, sueños de otros,
a hurtadillas.

Un dios sueña a otro dios y todos ellos
fueron soñados juntos, por el Dios primero.
























Dame más



Quiero tenerte aquí en mi cama,

rendida a mis placeres

prohibidos.


Urgarte con mis manos,

mis labios,

todo el cuerpo

hasta que seas

parte de mi cerebro

y mis entrañas.


Tomarme todo el tiempo del mundo

para postrarme ante tu desnudez

pálida e insigne

como una bandera

en patria recientemente liberada.











Tenerte aquí,

en la cama,

para gozar de todos tus placeres

extraños,

siempre nuevos;

pero redivivos

todos los días.


Tú,

mujer,

la siempre-viva.























Número equivocado

Estoy seguro
comprobado lo tengo
cuando nací
el vientre de mi madre
marcaba
número equivocado














OBSESIÓN POR LOS NÚMEROS

Obsesión por los números;
la numeralia
como una manera
de dar vuelta a la vida:
para no mirarla
de frente,
cara a cara,
cifra a cifra...
con puntos y detalles...


Obsesión o nó,
los números tienen su lenguaje
que asfixia.









Juega a tomarnos
por el cuello,
aprieta hasta ahogarnos...
Los números tienen carácter
y espíritu;
saben de navegaciones,
de batallas,
de cruentas luchas
y de paz total:
como la paz
sepucral del cero...



















ANÓNIMO UNO

Por el camino umbroso aprendió a ser huella,
sin paso, sin peso, ni rostro.
Por los caminos llanos se confundió
con el olor de yerba
hasta llamarse pasto.
Nunca supo qué es siempre,
ni probó del fracaso dulzón
de la palabra "mientras".
Así murió. En una fecha sin nombre,
sin día, sin número;
y ahora es
recuerdo.













martes, 22 de mayo de 2012

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jueves, 17 de mayo de 2012

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martes, 8 de mayo de 2012

Ser latino: Juego de nombres, un cuento...

Ser latino: Juego de nombres, un cuento...: Juego de nombres  Mira el cielo resbalarse hacia la oscuridad. Imagina el sol como una mancha de melaza pegajosa, ya no incandescente, sin...

viernes, 4 de mayo de 2012

TERESONA *


En mi ciudad de origen, Toluca, se localiza un cerro, en el poniente de la ciudad, que todo mundo conoce con el nombre de Teresona*:
El siguiente es un poema que, con ese nombre, dedique precisamente a ese cerro:

TERESONA 
Amiga fiel, Teresona,
desde el aparente
desdén de tu nombre
alabo
tu inconmovible estar.

Eres lo más constante que conozco
desde las tempranuras de mi infancia
la montañización de la constancia
y la manera más pétrea de ser fiel.

Tu feliz cobijamiento de casuchas
me permite creer que la pobreza
es un piojo insolente que soportas
porque tu ternura es capaz
de
no
moverse;
quiero ser como tú, mil, dos mil años,
para entender en piel que es la paciencia.
Asolearme el rocoso lomo,
tejer pacientes forestales
cuitas
y
demandar
un
sitio
para
mi
desventura
con esa dignidad tan plena que tú habitas.

Teresona, nombre de mujerona
de celestial burdel,
madrota de la historia de Toluca:
partera humilde,
silente compañera,
rocosa comadrona
de los niños que fueron despojados de sus redes.

Antesala del templo de Coltzin:
rezandera callada,
adivinadora sagaz
de tanta luminosidad
jugando a ser argamaza
onírica
de la herrumbre mortal.

Sólo tú sabes, niña elefanta sacerdotisa
valiente portadora de las señales y enigmas que nos condenan:
lo pobres que estamos aquí en la tierra
temblando hiel y soportando hormigas
alimañas ponzoña que destilan nuestros poros.
Nadie,
o muy pocos,
conocen como tú la grandeza del alma y
la gigantesca pesadumbre y pobreza de nuestros espíritus.
Desde la altura observas, de soslayo,
cómo transcurre el sueño de los hombres,
sus pesadillas te llevan a la franca sonrisa
y sus ilusiones al llanto
que disimulas
maternal
recordándote piedra sobre tierra
tierra sobre piedra, verdor, amarillez, aridez fértil:
una imagen del mundo
material
que
se
sabe
cordura y tristeza
melancolía
y
 sed
por los siglos
de 
los siglos
venideros
de 
tu
estancia
con
nosotros
con nuestras
fértiles
ausencias.

Enamorada del Xinantécatl
cantas nada
juegas
con nuestra vida
y
nuestras concepciones
de
tu imagen
y
de la vida misma
que pasa rodando sobre nosotros
en la cuesta de la existencia
y nos atropella.

Mientras sucumbimos,
recuerdo preñado de ti,
nos anunciamos roca que se te une
para acallar los infortunios futuros y ajenos.