lunes, 12 de octubre de 2015

POÉTICAS DEL LIBRO OBJETO EN LA OBRA DE JAQUES BEDEL (I)

Obra Verbum, 1992
Obra Verbum, 1992

Poéticas del Libro Objeto en la obra de Jacques Bedel (I)



 Jacques Bedel y su obra[1]
 Analizaremos la obra representativa de Jacques Bedel con su diversidad del Libro Objeto.
Surge la Hipótesis central como el núcleo de investigación y búsqueda heurística en lo primigenio del libro:
El concepto actual del Libro de Artista, tiene como antecedentes, una sucesión de obras de arte, remontándose desde la prehistoria con tabillas babilónicas, papiros egipcios y pergaminos; pasando por la Edad Media con el códice y atravesando la era de Gutenberg con los incunables.
Esta Hipótesis es el indicio y el eje temático, donde se irán descubriendo a lo largo de la obra las coordenadas de Hipótesis Específicas, afirmando  que:
  • El Libro de Artista es una obra de arte, producto de múltiples de distintos lenguajes y sistemas de comunicación.
  Entre la huella de esta hipótesis, hallamos el paradigma del Libro Objeto en la obra   de Jacques Bedel.
La hoja de ruta está señalada en lo efímero, en la forma del rollo que tenía el libro en la antigüedad Grecorromana y en la Edad Media.

El rollo o volumen, era la forma característica de los libros confeccionados con dicha materia escriptoria, así como a la disposición en aquel de las columnas de la escritura.

Tales columnas contaban por lo común, de igual número de líneas, por más que esta regla diste mucho de ser absoluta. En la columna del título o al fin del volumen solía escribirse el número de líneas del manuscrito.
“Con todo, el libro en forma de volumen duró aproximadamente hasta el siglo V d.C.; aun cuando el uso del códice, para fines literarios, parece remontar al siglo II o tal vez al I de nuestra era”.
En las más antiguas esculturas cristianas de los siglos III y IV, especialmente en los sarcófagos, los muchos personajes representados, o sea Cristo como Maestro, los apóstoles o profetas, o simplemente cristianos y aun retóricos y filósofos paganos, cuando se los figuraba con el emblema de cualquier escrito, presentan éste en forma derollo, que es la de los antiguos papiráceos.
Pero en el siglo V, y en las obras reflexivamente compuestas, el símbolo cambia, y por lo general, predomina el códicesobre el  rollo, prueba que incluso en la vida común triunfaba el uso de escribir en pergamino y disponerlo en forma de libro.
Jacques Bedel realiza Libros Objetos representando Rollos Sagrados.
Verbum II y IV
Verbum II y IV
En la serie Verbum llaman la atención los rollos de plomo, como objetos en sí, gruesos cilindros plúmbeos que se transmutan, al ser abiertos, en amplias superficies horizontales con textos en hebreo, árabe, ideogramas chinos o jeroglíficos egipcios. Es inevitable no asociarlos con la esfera de lo sagrado, – con la Torá, los antiguos pergaminos o incluso con los manuscritos del Mar Muerto.
Se evidencia allí su obstinada preocupación por la cultura, en su sentido más elevado, que es el conocimiento de lapoesis[2], del mundo del arte.
En Eupalinos on l´architecte[3] (1923), Valéry había descripto este cambio acaecido en la historia de la poiesis: en un moderno “Dialogue des Morts” hace que Sócrates argumente por qué en el caso de que hubiera otra vida, preferiría en ella el trabajo productivo del arquitecto al conocimiento contemplativo del filósofo.
En estos rollosBedel elabora una verdadera oda a la esencia del conocimiento, que es la revelación – hacer comprensibles los misterios contenidos en el universo, con el enunciado de la criptografía cósmica.
La poesis (producción) y aisthesis (recepción) entran en acción recíproca; reflejando el sentido mágico de su obra, y es la palabra revelación, explicitada en el Apocalipsis: abiertos, los rollos contienen inscripciones aparentemente ilegibles.
Gradualmente, según la incidencia de la luz, el espectador se sorprende con el surgimiento de un texto en griegoBedeldesarrolló una técnica nueva, trabajando con materiales que, dispuestos en cierto determinado orden, reflejan, absorben o polarizan la luz. El observador, desde determinado ángulo, se inquieta al percibir textos en la superficie, y si cambia de posición, el texto se vuelve invisible. “Una obra no se revela si no tiene contenido para rebelar”, afirma Bedel. “Y si no tiene contenido para revelar, no es una obra de arte. Esto es algo que trato de buscar o de generar en mis obras, porque me interesa esa especie de Apocalipsis, que justamente quiere decir “revelación” en griego. Mis obras son bastante herméticas[4], no es fácil percibir su significado[5], pero cuando alguien entiende lo que quise decir se establece una complicidad muy profunda” – afirma Bedel.
El sentido metafísico[6] se revela en los rollos de plomo de la serie Verbum.
La búsqueda de la verdad divina y su representación es una obsesión constante que surge tempranamente en la obra de Bedel.
Esa búsqueda continuaremos descubriéndola en la hoja de ruta de su obra.

 [1] Raymond, Antoine ; Magalháes, Fabio ; Sacca Abadi, Corinné. Jacques Bedel. – Traducido por Florencia Baranger … [et al.] –  Buenos Aires : La Riviére, 2005. – p. 30.
 [3] Jauss, Hans RExperiencia estética y hermenéutica literaria. – Madrid : Taurus, 1986. – p. 108.
 [4] El hermetismo puede tener diferente origen. El medioevo y el renacimiento necesitó de las autorictas, de la voz autorizada de la iglesia, para interpretar correctamente los símbolos y las alegorías contenidos en las obras. En el arte contemporáneo, el hermetismo no derivará necesariamente de la dificultad de decodificación simbólica o alegórica sino de una situación inédita hasta el siglo XX – de ambigüedad ontológica. Oliveras, Elena. “Hermetismo y ambigüedad en el arte contemporáneo”. En: Revista de Cine. – Facultad de Filosofía y Letras : UBA, no. 0, 2001. – p. 35.
 [5] Primariamente “hermenéutica” significaba expresión de un pensamiento, pero ya en Platón se ha extendido su significado a la explicación o interpretación del pensamiento…
…La hermenéutica permite comprender a un autor mejor de lo que se comprendía a sí mismo… Ferrater Mora, José.Diccionario de filosofía abreviado. – Buenos Aires : Sudamericana, 1986. – p. 192.
 [6] La metafísica se convierte en humanismo- y todo humanismo es por esencia, metafísico.- El hombre es medida del ser: con ello impera y domina el ente.
La concepción del ser como presencia en lo presente. En este caso se manifiesta en el ente y se identifica con dicha revelación. Heidegger, Martín. (En su Introducción a la Metafísica). – Traducción de Emilio Estiú. – Buenos Aires : Nova, 1956. – p. 19-22.

HUGO, Ricardo Yáñez (La Jornada Semanal)


Qué aire de familia tenía, proyectaba, se percibía en el poeta; qué aire, en más de un cierto modo, de bendición. Supongo que internamente sonreía de contradecir –cual sin querer queriendo– al rumano Cioran (y lo rumano no le era ajeno), para quien conocer a un poeta significaba una maldición.
Cual sin querer queriendo, desde una clara bondad que no excluía la travesura cómplice, el límpido divertimiento con el relato social, las lágrimas no por sino con la poesía (me honró alguna vez llamándome “compañero de lágrimas”), comprometido noblemente –y como sin querer– con el teatro, el periodismo, la diplomacia, el magisterio, todo lo resolvía con una seriedad que atemperadamente irradiaba lirismo (un principio de juego que es principio de fuego), su mejor –pero él en todo era de lo mejor– guía.
¿Es posible dejar en herencia la gracia?
No digno de ella, agradecido le abro un espacio en mí –porque la gracia lleva (y Hugo bien lo sabía) a la siempre improbable, siempre comprobable felicidad.